Raúl Oberreuter Olivares, presidente de la Asociación Chilena de Ingeniería de Puertos y Costas, corporación sin fines de lucro creada legalmente en el año 2017 por una iniciativa del año 2013 por un grupo de profesionales para difundir y crear conocimientos en el ámbito marítimo, portuario y costero, conversó con bbosch y se refirió a las medidas más eficientes contra la corrosión y los principales elementos y desafíos del mantenimiento portuario.
¿Cómo definirías “mantenimiento portuario”?
Se podría definir como una de las especialidades técnicas del futuro. La formación de los profesionales se siguen basando en “crear lo nuevo” sin embargo, una gran cantidad de dinero se está gastando en conservar y mantener lo existente. Las obras de ingeniería de los puertos estatales chilenos superan, en algunos casos, los 100 años desde su construcción y muchas otras ya han llegado a las vidas útiles de diseño.
Bajo ese contexto el “mantenimiento portuario” es la nueva ingeniería dedicada al monitoreo, evaluación de las variables críticas de un proyecto y una pronta toma de decisiones y acciones para asegurar la continuidad operacional de estas estructuras críticas para el país. Desde la Asociación Chilena de Ingeniería de Puertos y Costas hemos abordado el tema, por ejemplo, con declaraciones ante eventos lamentables ocurridos en torno a daños en estructuras portuarias:
¿Cuáles son los elementos esenciales para un correcto mantenimiento portuario?
En primer lugar el conocimiento correcto. La experiencia por cierto es importante, sin embargo, el conocimiento específico, la capacidad de innovación y colocar el foco en una solución acorde a un buen diagnóstico son definitivamente elementos que deben prevalecer frente a la decisión de mantenimiento en las estructuras marítimas y portuarias. El mantenimiento debe pasar de metodologías tradicionales a uso de tecnología para su monitoreo automatizado, en tiempo real y que permita levantar a tiempo alertas para la toma de acciones preventivas, de manera de evitar paralizaciones innecesarias y/o emergencias que podrían costar incluso una vida.
¿Cuál fue el aporte del programa INNOVA Corfo, el Ministerio de Obras Públicas, Puerto Ventana, bbosch y otras empresas en el Mapa de la Corrosión Atmosférica de Chile?
Esta respuesta la doy desde una perspectiva externa ya que no fui parte del proyecto mismo. El proyecto del Mapa de Corrosión Atmosférica de Chile vino a abrirnos los ojos sobre nuestra realidad nacional en torno a este tema. Antes del proyecto, estábamos ciegos respecto de las velocidades de corrosión, sin estandarización respecto a estos parámetros para incluirlos en diseños de ingeniería, acudiendo a normativas extranjeras para tener órdenes de magnitud ya que no existía información de carácter nacional. Este proyecto sentó las bases para que tanto la ingeniería de proyectos nuevos como la ingeniería del mantenimiento tengan una referencia basada en la ciencia en cuanto a los efectos de la corrosión en los materiales de mayor uso en los proyectos portuarios.
¿Cómo ha sido la participación de bbosch en proyectos y transferencia de conocimientos?
bbosch es una empresa activa en el desarrollo del conocimiento en torno a la protección de estructuras portuarias y no solo desde su propia marca sino también desde la agrupación de empresas galvanizadoras fomentando la vida útil de las estructuras en Chile. El sentido de colaboración permite finalmente optimizar el uso de los recursos de proyectos tanto públicos como privados, extender y asegurar la vida útil de los elementos que componen un proyecto y finalmente no dejar de lado una última componente muy importante: la seguridad de los usuarios de esas estructuras con especial foco en las personas.
¿Cuáles son las metodologías de protección más eficientes contra la corrosión?
Hoy en día el desafío es encontrar el equilibrio entre el costo de la protección y la vida útil de protección deseada. En ese sentido, el complementar sistemas galvanizados con pinturas ha dado buenos resultados. La publicación de la actualización de la Norma ISO 12944 ha ayudado a estandarizar el lenguaje, los niveles de exposición ante la corrosión, las alternativas de protección y la compatibilidad de la galvanización con pinturas de protección. Esta norma establece parámetros objetivos de protección y, a mi juicio, una competencia más transparente entre empresas proveedoras ya que deben alinear sus productos a un estándar ya aceptado pero que aún no está del todo conocido.
